Debe ser un proceso lento y gradual
Si obligamos nuestro gato a experimentar un cambio brusco en su dieta, favorecemos la aparición de algunos síntomas de estrés incluso de manera física con vómitos o malestar estomacal
Los gatos requieren más tiempo de adaptación
Hay que recordar que el comportamiento ingestivo de los gatos es más complicado que en los perros. Por este motivo, en esta especie, ante la posibilidad de un rechazo absoluto de la nueva dieta, es recomendable el empleo de una transición alimentaria más prolongada.
Rechazo continuo por parte del animal
En cualquiera de las situaciones puede que el animal continúe rehusando la ración. En estos casos tendremos que diagnosticar cuál es la causa, corregirla o buscar alternativas que incrementen el apetito.
Fuentes: Atlas de Nutrición y Alimentación Práctica en perros y gatos de Roberto Elices Míniguez.